Entrevista completa a Paco González
Su padre era capitán de la marina mercante, por lo que su vínculo con el mar le viene de ahí. Aunque, según explica González, él y su familia pasaban mucho tiempo también en el Parque Nacional, porque cuando su padre arribaba solo quería ver montaña.
Paco González: su historia
No obstante, pese a que como muchos canarios su toma de contacto con el Teide fue a una edad muy temprana, el agua sigue siendo el medio en el que más le gusta estar.
En ese sentido, admite que las excursiones que hace le nutren de “alegría, juventud y ganas de vivir”, por el empeño que tienen los clientes en mejorar en las distintas modalidades acuáticas y conocer los tesoros del mar.
Estas visitas en el agua las hace prácticamente de lunes a domingo, casi sin descanso, porque a Paco, que en su momento fue funcionario del Estado, le llena haber hecho de su afición su negocio, como si no se cansase de ello.
Entre todas las actividades que ofrece Freediving Project, destaca una excursión con esnórquel en la que visitan las lenguas de lava sumergida.
González expone que desde el puerto de Las Galletas y El Palmar hay nueve localizaciones “bastante impresionantes” para contemplar este fenómeno volcánico. A su vez, reseña que se trata de un contraste entre el blanco y azul que encanta a quienes se acercan a conocer las lenguas.
Para González, visitar el Parque Nacional del Teide es muy importante, pero también es algo que se puede complementar adentrándose en el mar para conocer las lenguas de lava, porque así se percibe Tenerife en su totalidad, una experiencia completa que la “gente debería conocer”.
La COVID-19 y las actividades en la naturaleza
Las actividades acuáticas que siempre ha capitaneado González se caracterizan por tener una clientela preferentemente local, por lo que considera que no les perjudica mucho la caída del turismo como consecuencia de la pandemia de la COVID-19.
Pese a ello, muchos de sus productos y servicios van a tener una bajada de precio para que sean todavía más asequibles para los residentes que quieran destinar el dinero del que dispongan al ocio de la naturaleza.
Respecto a las medidas de seguridad para prevenir contagios, González argumenta que no serán un problema, porque ya trabajaban con grupos pequeños. Así que al reducirlos todavía más ahora serán de hasta cinco personas, aunque el barco tenga capacidad para transportar doce. Con estas medidas –concluye– la gente se sentirá cómoda.