Hay quienes dicen que todas las personas se pueden definir con un refrán...
Y en el caso de nuestro protagonista, Juan Carlos González, encargado del Teleférico del Teide, se podría decir que el suyo es “De tal palo, tal astilla”, pues su historia con el Parque Nacional del Teide parte de un trasfondo paternofilial.
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No te pierdas la entrevista completa de Juan Carlos González y descubre la pasión que profesa por su trabajo en las alturas.
En los años sesenta el padre de Juan Carlos comenzó a trabajar con la empresa constructora del funicular, donde, finalmente, acabó de empleado en el propio teleférico.
González recuerda estar por el parque desde muy pequeño, con cuatro o cinco años, y explica que, como para muchos niños, su “ídolo” era su padre, por lo que siguió sus pasos con la que siempre había sido su “ilusión”: trabajar en el Parque Nacional, en el teleférico.
Para González, trabajar en un lugar como el Parque Nacional del Teide supone sentirse todo un “privilegiado”, porque se trata también de “uno de los mejores parques del mundo”.
Además, admite que nunca se cansa de esta labor, puesto que cuando conduces al Teide “no coges colas” y cada día “ves algo diferente en el parque, por muy grande que sea”. A su vez, define su sensación de estar en el parque como de “libertad”, por estar “ausente de la sociedad”, aunque esté con otras personas, pero no con “el día a día de la ciudad o el tráfico”.
Lo mejor para el encargado del teleférico es “aportar, de alguna manera, tus conocimientos” para todos los turistas que vienen y se deleitan con las “magníficas vistas de la parte alta, como las que se divisan desde La Rambleta”, y además sin hacer grandes esfuerzos; de hecho, el ascenso implica cuatro horas de caminata por una pendiente de más del 30 % de inclinación.
Su jornada en un día normal la califica como de “mucha responsabilidad”, por ser el principal encargado del Teleférico y porque no puede haber fallos cuando se trabaja con personas.
En ese sentido, comenta que esa preocupación nace de querer garantizar “una visita amena y sin incidentes”, algo que conlleva una gran responsabilidad; aun así, considera “muy bonito el puesto de trabajo” que tiene. Por ello tiene claro que siempre, por encima de todo, está “la seguridad”, y esa prioridad conlleva una constante actualización y renovación de todo el sistema del Teleférico para seguir mejorando.
Asimismo, indica que como empresa se persigue la satisfacción del cliente con “las vistas, la visita al Parque Nacional y la propia instalación” y mantener a su alcance “todas las comodidades que ellos necesiten”.
Por otra parte, González asegura que es una ventaja poder “pasar desde nivel cero a 3555 metros en tan poco tiempo”, porque hay muy pocos lugares del mundo que ofrecen esto y, además de que es algo que le gusta a la gente, “Teide solo hay uno y es muy característico”.
La revolución digital ha supuesto una forma diferente de exponer las atracciones turísticas a los clientes y, según apunta González, la venta en línea ha sido un “beneficio” tanto “para la empresa como para el propio cliente”, porque vienen en franjas horarias fijadas y se suben al teleférico sin colas ni retrasos, salvo por las “inclemencias del tiempo”.
Respecto a la mencionada meteorología, y al tratarse de una actividad que se rige por factores externos, Juan Carlos señala que se trabaja conjuntamente con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), una relación que beneficia al teleférico, porque conoce “casi a ciencia cierta” lo que va a pasar en las próximas horas y días, y a la propia AEMET, por la dificultad de “tener unas estaciones meteorológicas a esta altitud”.
Ante el parón del sector turístico y el desconocimiento de cuándo se producirá una desescalada controlada de la actividad, González declara que ya han tenido reuniones para ver qué se puede hacer, pues es una situación que nadie esperaba.
Respecto a ello, sabe que se tiene que producir una actualización del modelo frente a este cambio de paradigma, pero, de momento, se están estudiando distintas medidas para estar adelantados y aproximados a las normas de seguridad que se fijen y así no tener inconvenientes “a la hora de abrir”, concluye.
¡Venta arriba y disfruta del Teide con la mayor seguridad!