Tenerife es una tierra que enamora a quienes residen en ella y a los que vienen a descubrirla.
La diversidad paisajística y floral que oculta en sus distintos parajes es también especial y digna de admiración para quienes desean conectar con la naturaleza macaronésica y volcánica que posee.
Un ejemplo con nombre y apellido de la capacidad de encanto de Tenerife es Rolf Fuchs, presidente de la asociación APIT (Asociación Profesional de Guías de Turismo de Tenerife), quien vino a la Isla a finales del año 1984 y quedó maravillado por su belleza.
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Su paso por el enclave tinerfeño no se debía a una cuestión turística, sino a su labor como traductor e intérprete de una empresa financiera.
La estancia de Fuchs, natural de Hamburgo, duraba cuatro semanas; no obstante, solo le fue necesario visitar un emplazamiento para quedarse: el Teide.
Rolf relata que en aquellas Navidades del 84 se hospedaba en el Puerto de la Cruz y, durante su estancia, tuvo la oportunidad de pasar por el Teide, un volcán que cuando lo contempló desde Boca Tauce le enamoró, según explica.
Con la decisión de quedarse en Tenerife, dejó su oficio de traductor y pasó por diversos trabajos como venta de apartamentos, hasta que un delegado de un turoperador le sugirió dedicarse a las excursiones con turistas, pues había comenzado a invitar a pequeños grupos para mostrarles zonas del sur de la Isla.
Cuando se atrevió a dar el paso y a ejercer plenamente como guía turístico, Fuchs comenta que las primeras visitas guiadas que hizo fueron las más “típicas”, como la vuelta a la toda la Isla y también al Teide.
En ese sentido, reconoce que se muestra más a favor del turismo de la naturaleza, frente a otros como el de sol y playa, porque Tenerife tiene en su conjunto un paisaje “fabuloso” que debe mostrarse y ser aprovechado.
Para Fuchs, el hecho de que pueda trabajar en la naturaleza, con muchos parajes variopintos, le provoca una sensación de libertad y una satisfacción que encuentra difícil de explicar solo con palabras.
Además, guiar a los turistas es una actividad muy versátil que se puede hacer de forma planificada o espontánea, siempre ofreciendo al cliente lo “suficiente para satisfacer sus deseos”, dado que muchos vienen interesados en conocer no solo la naturaleza, sino también otras materias como el patrimonio.
Por eso, el guía alemán remarca que siempre los visitantes son lo más importante. Pese a las preferencias que puedan tener los turistas, Rolf destaca el Parque Nacional del Teide como la localización más importante que hay que visitar de Tenerife porque, aunque la vegetación macaronésica no es exclusiva, afirma que el Teide es único.
La pandemia del coronavirus supone nuevos planteamientos para garantizar que las actividades turísticas se sigan haciendo sin ningún tipo de riesgo, así como una reestructuración metodológica total en el sector.
Sin embargo, esto es algo que puede volver más atractivo el turismo que se desarrolle en la naturaleza, pues Fuchs indica que en las excursiones y visitas guiadas se puede mantener la distancia de seguridad y tomar todas las precauciones en grupos reducidos.
Por ello, considera que la naturaleza es la primera puerta que se abrirá, la que hará volver a la gente al Parque Nacional del Teide, por ejemplo, y donde muchos se podrán mover para obtener “experiencias únicas” y “sin miedo” a contraer el virus.
“El turismo de la naturaleza es lo mejor que nos puede ocurrir en este momento”, concluye Rolf.